Las vacaciones de verano ya están aquí, así que si padeces el síndrome del buen viajero, no tardarás en empezar a planificarlas. ¿Aceptas una sugerencia? ¿Qué te parecería cambiar unas vacaciones de playa y sol por un paisaje de ensueño? ¿Te gustaría convertirte este verano en un príncipe o una princesa de cuento? Si eres de los que cree que las vacaciones no son solo para pasarlas tumbado al sol, te recomendamos una ruta alternativa por los castillos de cuento por Europa. Eso sí, deberás incluir unos polvos de imaginación y algo de fantasía porque te proponemos un viaje por algunos de los castillos más bonitos del norte de Europa. ¿Dispuest@ a disfrutar de unas vacaciones de cuento? ¡Síguenos!
Castillo de Bran, Rumanía
Situado cerca de Braşov, en Transilvania, es una fortaleza medieval que muchos conocen como el “Castillo de Drácula”, por su relación con la novela de Bram Stoker El conde Drácula. A juzgar por su aspecto, bien podría haber albergado al rey de los vampiros pero lo cierto es que esta conexión es ficticia. El rojo de los tejados y el verde de los bosques contrastan con el diseño medieval de sus torres. El resultado, un paisaje misterioso y atrayente que invita a rememorar algunas de las escenas más tenebrosas de la historia del cine.
Eilean Donan, Escocia
Situada sobre una pequeña isla sobre el lago Duich, al noroeste de Escocia, solo es accesible en barco o atravesando un bonito puente de piedra que comunica la fortaleza con la orilla del lago. Su difícil accesibilidad presentaba, en su época, una defensa frente a las invasiones vikingas. El castillo que ahora conocemos se empezó a construir en 1220 por orden de Alejandro II de Escocia.
Castillo de Chillón, Suiza
Ubicado sobre una roca a orillas del lago de Ginebra, el castillo de Chillón es uno de los monumentos históricos más visitados de Suiza. Compuesto por 25 edificios y tres patios, la fortaleza fue la residencia de los condes de Saboya durante cuatro siglos.
Castillo de Neuschwanstein, Alemania
Está situado en el estado federado de Baviera cerca de Füssen, Alemania. Fue construido por Luis II de Baviera, el “rey loco”, en 1866, cuando los castillos y las fortalezas ya no eran necesarios desde el punto de vista estratégico. La construcción fue fruto de la imaginación del rey, que quería aislarse de la vida pública rodeándose de un romanticismo idealizado en un castillo medieval de cuento de hadas. Actualmente, la obra de Luis II es visitada por 1,4 millones de personas cada año.
Castillo de Egeskov, Dinamarca
Localizado en el sur de la isla de Fionia, en Dinamarca. Se trata del castillo renacentista mejor conservado de Europa. Está situado sobre un pantano y cuenta la leyenda que, para construirlo, fue necesario talar un bosque entero de robles. Un museo de coches y motocicletas antiguas, una casa de muñecas o un parque infantil son algunos de los tesoros que alberga en su interior.
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