El Algarve es una de las regiones más famosas de Europa, gracias a una oferta turística abrumadora. Esta preciosa zona de Portugal, que comprende buena parte del suroeste del país, es ideal para todo tipo de viajes. En este sentido, bien vale para hacer una ruta en coche serpenteando la costa o bien puede ser un magnífico destino para alojarte en un hotel todo incluido y olvidarte del estrés diario en el trabajo. Un buen punto de partida en ambos casos es la ciudad de Faro, por lo que en este post te hablaremos de lo mejor de Faro, la puerta de entrada a esta región portuguesa.
Conoce lo mejor de Faro
Faro es una localidad situada en el extremo sur de Portugal, colindante al Parque Natural de la Ría de Formosa. Se sitúa justo a medio camino entre localidades de interés como Tavira o Albufeira, ambas también recomendables. No es demasiado grande, ya que solo cuenta con cerca de 65.000 habitantes, pero aún así suele formar parte de la ruta de muchos visitantes ya que su aeropuerto es el principal en la zona del Algarve.
La ciudad de Faro es a su vez un importante núcleo comercial, por lo que puedes esperar una oferta turística bastante importante. Destaca sobre todo por su belleza arquitectónica, algo visible desde el primer momento en que cruzas el Arco Da Vila, una puerta medieval que te llevará al centro histórico.
Diversas construcciones religiosas copan los lugares más especiales de la ciudad, sobre todo la Catedral o la Iglesia de San Pedro. Aunque créenos, hay muchísimas. Da un paseo por la plaza de Alfonso III y contempla el Convento de Nuestra Señora de Assunçao, que data del siglo XVI. En cuanto a iglesias, la otra que llama la atención es la de la Orden Tercera de San Francisco, con unos magnífico azulejos en su interior que hacen referencia a la vida de este santo. Sin embargo, lo que más suele enamorar a los visitantes es la Playa de Faro y también las playas de Ilha Deserta, donde probablemente se puedan sacar las fotos más idílicas de la ciudad y sus alrededores.
Hay también varios museos repartidos por la zona, algunos dedicados a la tradición marítima de esta ciudad, como el Museo Marítimo Almirante Ramalho Ortigao. El otro más representativo es el Museo Arqueológico, ya que contiene restos variados de distintas épocas, desde la prehistoria hasta el siglo XVIII. Un lugar que sin duda se encuentra entre lo mejor de Faro. En esta ciudad no te faltarán reminiscencias a otras épocas y pueblos. De hecho, la Puerta Árabe es uno de los puntos más emblemáticos de la urbe.
Algo que también vas a adorar, aunque es un placer extensible a buena parte de la costa portuguesa, es la calidad del pescado de la zona. Disfruta de un buen plato de sardinas mientras puedas, y tampoco le hagas ascos a la posibilidad de comer buen marisco y degustar ricos vinos. En esto, los portugueses son absolutamente mediterráneos.
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